La tendencia ha vuelto a incluir la reputación como un factor primordial a través de la opinión directa de los usuarios.
Para hablar del futuro, primero debemos remontarnos al pasado. Antes de la Revolución Industrial la confianza entre los civiles era normal. Las personas intercambiaban sus mercancías, y para este trueque la reputación de las partes era crucial. Alguien conocido como buen sastre podía intercambiar ropa por leche con un agricultor. Lo que se sabía socialmente de uno o de otro podía incrementar las posibilidades de tener más personas que quisieran este intercambio.
Avanzando rápido cientos de años, después de las revoluciones y las guerras, el concepto de confianza de alguna manera se perdió y las personas optaron por individualizarse dentro de la sociedad. Sin embargo, hoy nos encontramos con que las empresas de tecnología, las redes sociales y diversas aplicaciones están trayendo este importante concepto de vuelta a la vida. Hoy las personas pueden encontrar en Internet la oportunidad de compartir departamentos, asientos de autos, incluso la mesa para la cena. Más aún, la tendencia ha vuelto a incluir la reputación como un factor primordial a través de la opinión directa de los usuarios. Estas plataformas, por su parte, tienen la importante característica de fomentar la construcción de una comunidad; cuanta más confianza pueda existir entre los usuarios, mayor serán sus posibilidades de llegar con éxito a los mismos.
Estas herramientas están creciendo rápidamente porque la sociedad vuelve a entender que el intercambio y compartir tiene sentido para todas las partes involucradas. Sólo de forma ilustrativa, Tripda trae la oportunidad para que los chilenos ofrezcan los asientos desocupados de sus autos en un viaje desde Viña a Santiago, por ejemplo, o subirse al auto de alguien que haya ofrecido el recorrido. La confianza depositada por ambas partes permitirá que la gente deje de conducir sola en sus vehículos, que compartan los costos, viajar de manera cómoda y divertida, además de que la sociedad también gane al disminuir el tránsito de una manera amigable con el medio ambiente, reduciendo la cantidad de autos en las calles.
Todo se basa en la confianza impulsada por la tecnología pero creada por los propios usuarios. La reputación, un vez más, se torna protagonista y la economía colaborativa comienza a cambiar el mundo, ofreciendo soluciones en las que todos se benefician.
Fuente: Estratégia
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