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Fondo A de las AFP perdió más de dos mil millones de dólares en 42 días


Caída del sistema está explicada por la volatilidad en la Bolsa de Nueva York.

Los fondos de pensiones de las AFP debieron enfrentar una de las mayores pérdidas de los últimos años, debido a la volatilidad de las bolsas internacionales y la baja en el precio del dólar.

Según estimaciones del sitio de asesorías financieras "Felices y Forrados" publicadas la tarde de este martes por La Segunda, desde el 5 de septiembre hasta el 17 de octubre, el fondo A acumulaba una pérdida de 7,55 por ciento, cifra que se traduce en unos 2.100 millones de dólares, de acuerdo a información de la Superintendencia del ramo.

Además, de acuerdo al sitio de asesorías financieras, durante el mismo período el fondo B bajó 5,73 por ciento; el C retrocedió 4,05 por ciento; el fondo D cayó un 2,32 por ciento y el fondo E, el más conservador, disminuyó un 0,73 por ciento.

Estas bajas se deben a la volatilidad de la Bolsa de Nueva York, principal referente de las AFP chilenas, y la baja en el precio del dólar; sin embargo, especialistas advierten que el sistema debiera mejorar en las próximas semanas, ya que el Dow Jones se ha venido recuperando durante las últimas semanas.


Fuente: Cooperativa

¿Hay suficientes ojos revisando los proyectos de software libre?

Muy recientemente, se han encontrado errores o bugs muy peligrosos en proyectos importantes del software libre que resultaron estar presentes durante muchos años. ¿Es el software libre seguro como dicen?
 

Heartbleed y Shellshock, son los nombres de dos vulnerabilidades "famosas", que se dieron a conocer hace poco tiempo en proyectos importantísimos del software libre: OpenSSL y BASH, respectivamente.
Ambos proyectos son utilizados por una inmensa cantidad de usuarios, y ambas vulnerabilidades son lo suficientemente peligrosas como para permitir que un atacante obtenga claves y accesos sin autorización a sistemas de forma remota.
Por supuesto, estos problemas fueron solucionados lo mas rápido posible desde el momento que se descubrieron. Y actualmente, ya no representan casi una amenaza a pesar del miedo que algunos medios lograron infundir en los usuarios.

¿Cuál es el verdadero problema?

El problema real de estas vulnerabilidades radica principalmente cuando tenemos en cuenta que Heartbleed, la vulnerabilidad de OpenSSL, estuvo presente en todas las versiones de este software usadas desde el año 2012, y Shellshock, la vulnerabilidad de bash, existe desde hace dos décadas.
Tantos años que estuvieron ahí, que cualquiera tranquilamente pudo haberse aprovechado de esto, con la ventaja de saber que para colmo, Heartbleed es prácticamente indetectable ante los sistemas de seguridad que existen.

La ley de Linus


Hay un dicho conocido como la Ley de Linus, dedicada por Eric S. Raymond a Linus Torvalds (autor delkernel de Linux), que dice básicamente:
"Dado un número suficientemente elevado de ojos, todos los errores se convierten en obvios".
Este argumento es el que utilizan generalmente los defensores del software libre, para confiar en que las aplicaciones que utilizan sean actualmente más seguros que sus contrapartes privativas.
En la teoría, puede parecer algo obvio, e incluso hay algunas investigaciones que parecen afirmarlo, como el proyecto deCoverity Scan.
Sin embargo, en la realidad se ha ido demostrando que simplemente tener mucha cantidad de usuarios en un proyectono significa que haya una gran cantidad de estos auditando el código o colaborando en mejorarlo. Incluso en los casos de proyectos que posean un buen número de desarrolladores activos, no significa que todos tengan la capacidad para descubrir todos los errores.
Conclusiones
Tampoco es cuestión de ser extremista y pensar que el software libre no funciona, al contrario: Muchosbugs y vulnerabilidades han sido solucionados y los parches y actualizaciones distribuidos con una velocidad sorprendente, casi imposible si no fuese por la filosofía que siguen.
Pero sí hay que tener en cuenta el hecho de que el software libre no son un conjunto de proyectos que se mantienen por sí solos de forma mágica. Como cualquier otro proyecto requiere colaboradores (tanto mano de obra como dinero), gente capacitada y mucho trabajo para poder llegar a cumplir sus objetivos.
"Que el software sea libre no quiere decir que nunca deberemos pagar un centavo por él, y siempre habrá alguien manteniéndolo por nosotros"
A mi parecer, por esto, no estaría mal que se permita la venta de ciertos servicios o aplicaciones, aunque se trate de software libre. Muchos usuarios tenemos la mala costumbre de pensar que el hecho de que el software sea libre, indica que nunca deberemos pagar un sólo centavo por él, y que siempre habrá alguien manteniendo el software por nosotros.
Nunca olvidemos que hay muchísimas formas en las que podemos colaborar, y por supuesto, toda ayuda es bienvenida, aunque sean donaciones o colaboraciones pequeñas como traducciones, diseños, o incluso soporte o documentación. De esta forma, las tareas sencillas quedarán cubiertas y quienes posean ciertos conocimientos avanzados podrán dedicarse,quizás incluso como trabajo pago, a los problemas complicados
Fuente: Bitelia

Hágase la luz

Entró en vigencia la ley 20.751, conocida como net metering, que permite a los particulares inyectar sus excedentes de energía a la red eléctrica a través de la autogeneración privada. Un fenómeno que en algunos países es un verdadero negocio doméstico, pero que en Chile debuta con más preguntas que respuestas.


Hace un par de años, Daniel González tomó la decisión de autoabastecer su consumo de energía. Instaló 10 paneles solares de 200 watts de potencia cada uno en el techo de su casa, en Colorado, Estados Unidos, con ayuda de subsidios. Con ellos, genera la mitad de su consumo eléctrico, lo que le significa un ahorro de un 50% por ciento en la cuenta de la luz. Si instalara algunas unidades fotovoltaicas adicionales, podría satisfacer el total de su requerimiento.

González ya no es sólo un consumidor de electricidad. Ahora es también un generador. Algo que en Estados Unidos, donde reside, es cada vez más habitual tras la ley de Política Energética de 2005 que obligó a las operadoras a ofrecer este servicio. De hecho, hay más de 40 estados que utilizan el sistema de balance neto, mediante el cual un cliente puede generar su propia electricidad con sistemas de ERNC a pequeña escala e inyectarla de vuelta a la red, es decir, “vender” sus excedentes al mismo precio que paga por su consumo eléctrico a la distribuidora. En pocas palabras, netea lo que consume con lo que produce, y no paga ni un peso por la infraestructura (tendido eléctrico, empalmes, transformadores, etc.), la cual está subsidiada.

En Alemania, en cambio, vender electricidad autogenerada es un negocio. Para fomentar la generación a través de ERNC, el Estado definió tarifas más altas para la venta de energía proveniente de los clientes domiciliarios, a través de un programa de feed-in-tariff. Se trata de un sistema de net billing, donde el precio del kilowatt consumido del sistema es distinto al que se inyecta. En ese país, hasta 2012 se pagaba hasta 3 veces más por cada kw inyectado a la red. Un negocio atractivo para los usuarios, tanto que “muchos jubilados pusieron sus pensiones aquí”, cuenta González, quien como ejecutivo de Solar Energy International está al día de lo que ocurre con estos sistemas en diversos lugares del mundo.

Negocio redondo también para el Estado alemán, pues hoy más de la mitad de las energías renovables son producidas por pequeños generadores y lograron posicionar al país como uno de los líderes en la fabricación de tecnología fotovoltaica. Hoy, la energía solar en el país germano produce 20 mil megawatts de potencia y eso que en esas latitudes hay menos radiación que en Punta Arenas.

¿Net metering, net billing o derechamente net bullying? Todos estos nombres ha recibido la ley 20.751 de facturación neta, la cual fue aprobada tras casi una década de tramitación en marzo de 2011 y que recién entrará en vigencia el próximo 22 de octubre. Siguiendo la tendencia mundial, el senador Antonio Horvath presentó una moción parlamentaria en agosto de 2008 para establecer un descuento a las generadoras residenciales, las cuales pueden producir energía ya sea mediante paneles solares, instalaciones éolicas o una pequeña caída de agua. “Costó tres años convencer a los parlamentarios de que la aprobaran y después vino la demora por el famoso reglamento”, admite Horvath sobre el documento que recién fue publicado en septiembre pasado y que establece las condiciones de seguridad y de implementación para la conexión de red y la inyección de la ERNC. No era de extrañar entonces que medio broma medio en serio se hablara de net bullying, porque según cuenta el senador, “se intentó torpedear la ley”.

“Desde el punto de vista del usuario residencial, que paga en promedio 100 pesos por kw/h, si genera excedentes se los van a tomar a un valor menor, porque tienes que pagar el costo de distribución”, explica Gabriel Neumeyer, presidente de la Asociación Chilena de Energía Solar (Acesol). Y agrega: “El argumento de las distribuidoras y del mercado eléctrico en general fue que en la tarifa residencial BT1 (baja tensión) el cliente paga por energía, pero también por el costo de infraestructura. Desde el punto de vista del usuario, compro a 100 y vendo a 60, pero esa misma energía que inyecto se la puede vender la distribuidora a mi vecino, que está 10 metros más allá a 100. La ganancia entonces pasa a ser de la distribuidora y no del usuario que hizo una inversión importante”, explica el dirigente, para quien esta ley más que fomentar la generación de energía solar, “está cubriendo un vacío legal respecto a la autogeneración”.

“Siempre hemos sido partidarios de esta ley, nunca hemos tenido ningún rechazo”, aclara Rodrigo Castillo, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas. “En momentos como los actuales, en los cuales enfrentamos altos precios de la energía, cualquier forma de mayor competencia en la generación –incluyendo estos mecanismos– es una muy buena noticia”, explica.

¿Les complica a las distribuidoras que los clientes sean más autónomos al autogenerar electricidad?

“En Chilectra apoyamos las iniciativas que favorezcan la introducción de energías limpias y renovables. Esta instancia permite a los clientes tener un mayor vínculo con la compañía y eso nos parece una muy buena oportunidad”, dice Andreas Gebhardt, gerente comercial de Chilectra, al tiempo que explica que “las generadoras domiciliarias distribuidas generan externalidades positivas para la red de distribución, tales como diferir las necesidades de inversión al masificarse los sistemas de autogeneración”.

“Nadie va a quedarse sin pega”, insiste Horvath, y la razón es simple: “La demanda en Chile va seguir creciendo, el concepto aquí es que entra más competencia. Aquí nadie pierde, sólo que algunos ganan un poco menos”.



El techo de la ley
Una web 2.0 para el sistema eléctrico chileno. Neumayer compara la nueva ley con lo que pasó con internet hace algunos años, cuando los cibernautas comenzaron a generar contenidos a través de los blogs y redes sociales. A su juicio, más allá de los cuestionamientos, “abre la puerta para poder participar de la generación eléctrica”.

Gustavo Boetsch, gerente general de Kaltemp, cree que la ley es un buen punto de partida, pero cuestiona que se ponga un tope a la autogeneración al limitarla a los 100 kw. Hoy en un techo te caben plantas de hasta un mega, ¿por qué limitarlo? De inyectar más electricidad, el “productor” pasa a convertirse en una PMGD (Pequeños Medios de Generación Distribuidos), los cuales están sujetos a otra normativa.

En todo caso, 100 kw de potencia, aseguran los expertos, es una cantidad enorme de energía si se piensa que el máximo consumo de una casa son 6 kw, y sobre eso “saltarían los tapones”.

¿Conviene entonces invertir en un sistema de autogeneración en una casa particular? Las opiniones están divididas, más aún si se consideran los altos costos. Los más optimistas creen que la inversión se paga en 5 años, pero los más realistas dicen que no antes de 10.

¿Cuánto cuesta instalar un sistema de autogeneración? “Ésa es la gran pregunta, porque el mercado de soluciones fotovoltaicas es aún muy incipiente”, explica Christian Santana, jefe División ERNC del Ministerio de Energía. Idea que complementa González, al señalar que “hoy la técnica humana ha logrado capturar en los mejores paneles del orden del 18%, lo que corresponde a 180 watts por metro cuadrado”.

En términos generales, en países como España y Alemania el costo por cada Wp (watt peak, o el máximo de potencia que un panel puede producir en óptimas condiciones) asciende a los 2,5 dólares más impuestos. Es decir, “para una instalación de 1KWp estaríamos hablando de unos 1.500.000 millones de pesos más impuestos. En Chile, a una instalación de similares condiciones habría que sumarle el costo del cambio de medidor y conexión a la red, que puede costar de un 20 a un 25% más”, explica Gebhardt de Chilectra. Es decir, casi 2 millones de pesos. La ventaja de este sistema es que no es necesario realizar una adecuación al cableado de la red. “Así como el cable me trae la electricidad, me la puede llevar de vuelta a la red”, explica Horvath, pero en algunos casos podría ser necesario reemplazar un empalme si el proyecto de una casa, por ejemplo, estresa mucho a la red. Y eso, son palabras mayores en cuanto a costos.

“Lo que nosotros sugerimos es tratar de no devolver al sistema. La lógica es que tienes que instalar exactamente lo que vas a producir y reemplazar todo el consumo en el hogar por productos eléctricos, que son los más eficientes para generar energía”, piensa Boetsch. Un razonamiento basado en que “no resulta atractivo llenar de paneles solares para los precios que van a pagar por la electricidad inyectada al sistema”. Excedentes que no se pueden almacenar a menos que el usuario cuente con baterías para ello, las cuales en Estados Unidos tienen un valor promedio entre 3 y 5 dólares por kilowatt instalado.

“Éstos son grandes proyectos y no necesariamente en todo Chile están las condiciones dadas para que se dé la rentabilidad. Evidentemente en zonas donde las tarifas son más altas y la radiación también, puede ser”, explica Santana, quien reconoce que “probablemente, en sus inicios esta ley no va a ser tan popular. Nosotros prevemos un mayor impacto en algunas actividades comerciales, de servicios, en zonas de alta radiación y donde haya una tarifa sobre el promedio”.

Al respecto, Horvath comenta que la gracia de la ley es que permite que el sistema se instale en condominios, es decir, que 4 o 5 casas compartan un sistema de autogeneración. Incluso cuenta que hay cooperativas que actualmente lo están aplicando pese a que la ley aún no está vigente.

“Estamos conversando con la ministra de Vivienda y Urbanismo, Paulina Saball, para lograr que las nuevas viviendas sociales vengan con paneles termosolares y queremos incluir los fotovoltaicos”, adelanta Horvath. Pero esto no se acaba aquí, asegura.

“Hay una nueva ley que se está discutiendo, que ya está aprobada por la Comisión de Energía del Senado, la cual obliga a las compañías distribuidoras a pagar un 100% el valor del Kw por instalaciones inferiores a 10 kilowatts, es decir, correspondiente a 2 casas. Esto está en proceso”.
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¿Quién quiere ser generador?
Éstos son los pasos que hay que seguir para montar un sistema de autogeneración de energía:

1. Solicitud de conexión a la empresa distribuidora: el usuario entrega las características del equipamiento que pretende instalar. La distribuidora tiene un plazo de 20 días hábiles para pronunciarse sobre si puede realizarse la conexión en forma directa o si tiene que hacer adecuaciones a la red, pero en ningún caso puede negarse a entregar la autorización.

2. Respuesta de la empresa distribuidora: si no es necesario realizar adecuaciones, el usuario tiene un plazo de hasta 6 meses para instalar su proyecto. De ser necesarios cambios para acoger la energía que produzca, por ejemplo en caso de que la potencia del equipo exceda la capacidad de la red, el costo debe asumirlo el usuario.

3. Instalación de equipo: si la respuesta es positiva, el consumidor debe notificar su equipo en la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC). Con esa inscripción, el solicitante va a la empresa distribuidora para conectar el sistema de redistribución.

4. Conexión a la red: para garantizar la seguridad, sólo la puede realizar la empresa distribuidora con la cual se forma un contrato.

5. Cobro: las boletas llevan una cantidad por separado de cuánto consumió e inyectó al sistema el usuario. En caso de que inyecte más de su consumo, el contrato establece la forma en que la distribuidora le pagará al usuario, por ejemplo puede ser vía descuento en el consumo del próximo mes o bien hacer un balance anual.


Fuente: Capital