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El Ahorro Previsional Voluntario Colectivo


En el anterior gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, en su reforma prevísional del año 2007, se extendió la cobertura y alcances del Ahorro Previsional Voluntario, APV, tradicional, que hasta ese entonces sólo era dirigido a disminuir la carga tributaria, lo cual sólo beneficiaba a las personas que tenían un alto pago de impuestos. En esa oportunidad la discusión era lograr que el APV también ayudara a la clase media, pero también que el empleador de alguna forma también participara en esta importante aplicación del sistema de pensiones. En relación a la clase media, el APV amplió su beneficio tributario no sólo a rebajar la carga tributaria (actual APV-B), sino que también a bonificar un 15% el aporte del trabajador de clase media, pero hasta un tope de ahorro de 40 UTM (actual APVA). Con esta simple extensión adicional de los beneficios tributarios del APV, se logró una cobertura total para los distintos afiliados, independiente de su realidad tributaria.

Pero, además, en aquella reforma previsional también se intentó de incentivar la participación del empleador en los ahorros voluntarios de sus trabajadores, creando también el "Ahorro Previsional Voluntario Colectivo" APVC, el cual busca, a partir de una cotización bipartita entre el empleador y sus trabajadores, incrementar el ahorro previsional y pensiones de sus trabajadores.

Es importante aclarar que el APVC es una opción del empleador hacia sus trabajadores, o mejor dicho un beneficio, pero en ningún caso una obligación, por lo que lograr un APVC no es tan fácil y habla muy bien de los empleadores que los ofrecen.

En relación a los requisitos, deben afiliarse al contrato al menos un 15% de los trabajadores o, al menos 100, si son empresas de gran número de trabajadores.

Los aportes desde el empleador, son considerados necesarios para producir renta, y una vez concluido el plazo del contrato del APVC, los aportes del empleador pasan a ser del empleado.

Si bien el APVC es una excelente herramienta de retención de trabajadores y de beneficio de la empresa hacia sus trabajadores éste no ha tenido gran aceptación en el mercado laboral actual.

En gran parte lo anterior es debido al poco conocimiento, tanto del departamento de RRHH como de los sindicatos de las aplicaciones y sinergias que se pueden lograr a partir del APVC como también la posibilidad de hacer un mal uso de los aportes del empleador, los cuales pueden ser retirados por los trabajadores pues, como todo APV tienen liquidez.

Ventajas y desventajas de los trabajos temporales


Existen muchos empleos en esta época del año, por lo cual, no sería una dificultad encontrar uno. Desde trabajos part time, promociones, etc.; puedes regodearte y optar por las funciones que más te acomoden. Lo importante es cumplir con responsabilidad para que una vez llegado fin de mes, puedas recibir la totalidad de tu sueldo. Esto es fundamental considerando que trabajamos para eso, tener una cantidad determinada de plata para poder salir de vacaciones o juntar dinero para el año.
¿Qué ventajas tienen los empleos temporales?
-Lo principal es que te sobrará la motivación y las ganas de trabajar, ya que sabes que es por un período determinado y que recibirás rápidamente tu tan esperada recompensa.
-Por otro lado, toda experiencia laboral te aportará la experiencia necesaria para ir formando un C.V y aprender a valorar el costo del dinero. Además los trabajos a plazo te entregarán siempre la satisfacción de saber que tendrán un mes de sacrificio y posteriormente un mes de descanso y relajo.
-Si el trabajo que encontraste no es de tu agrado completamente, tienes la garantía de buscarte rápidamente otro, ya que como es temporal, no estás atado a pasar un largo período en un lugar que no te gusta o complace.
-Sea cual sea el tiempo que decidas trabajar, sabes que ya has ganado una necesaria independencia económica y bajo ello, podrás elegir dónde y con quién disfrutar el fruto de tu esfuerzo.
¿El lado b o desventajas?
Es probable que trabajes sin contrato y a boleta de honorarios, por lo cual no obtendrás un aporte a salud o afp. Además, lo más frecuente es que te entreguen los turnos que nadie quiere tener o realices las funciones que todos los demás empleados ya estén aburridos de hacer durante el año.
Además tendrás que armarte de mucha paciencia porque los trabajos de final de año siempre son bajo mucha presión y estrés. Tendrás que aprender a controlar tu carácter y a ser tolerante con los clientes o quienes te rodean.
Y que no te sorprenda que más de un día tengas un horario eterno, porque sí, tendrás que estar dispuesto a realizar horas extras por los requerimientos y necesidades del empleador.
Si tu meta es encontrar un trabajo estable ésta no es la mejor opción, ya que al ser ofertas temporales son vacantes libres por un corto período y sin proyección laboral en el tiempo.
Pero sea como sea, nunca dejes de pensar que al final del mes obtendrás el fruto de tu esfuerzo y podrás relajarte y descansar, sin la necesidad de pedirle ni un solo peso a nadie.

Fuente: Profesionales

Malos hábitos que arruinan tus finanzas

A los malos hábitos siempre hay que despedirlos, y más si te meten en problemas financieros, o sea, te llevan a la quiebra.


Las malas costumbres financieras que la mayoría de las personas quieren evitar son: compras por capricho, ir a ofertas innecesarias y pedir prestado a amigos, familiares o instituciones bancarias. Sin embargo, hay algunas que no es tan fácil distinguir. Muchas decisiones pronto pueden volverse un hábito, aquí hay cinco donde debes poner mucho cuidado.

1. Hacer muchas compras pequeñas.

¿Cuánto, veinte pesos? Seguro lo pagas, pero de veinte en veinte, diez, en diez, o hasta cinco en cinco pronto llegas a la mitad de tu sueldo. Por ejemplo, si todos los días gastas $40 pesos en un café, a la semana son $200 y al mes $800, que bien podrías ahorrarte si prepararas el café en tu casa y lo llevaras en un termo a donde vayas. Y eso aplica a muchos otros antojos, en apariencia, pequeños.

2. Usar para todo la tarjeta de crédito.

Las tarjetas siempre han sido engañosas, y más cuando ofrecen el doble de puntos si compras tal día o si comes en equis lugar. También funcionan para no perder dinero en caso de robo o extravío. A pesar de esto, puede volverse un pésimo hábito pagar todo con plástico porque puedes olvidar cuánto has gastado, o meterte en mil deudas a meses sin intereses. Y si al final del mes no te alcanza para pagar completo, te vas a envolver en un interminable pago de intereses. Cuidado con eso.

3. Ser muy generoso.

La generosidad es un valor, sin embargo, debes ser generoso a medida de tus posibilidades, si no, tu cartera será la principal afectada. Un ejemplo básico es la propina, ¿cuántas veces has recibido un mal servicio y aún así dejas el 10 o el 15% al mesero? Ahí estás perdiendo tu dinero, porque pagar por un mal servicio es siempre una mala inversión. De igual forma, en todos lados bombardean las empresas con donaciones, vas al súper, a la farmacia, o hasta en el cajero y te ofrecen donar, no, no puedes hacerlo cada vez que te lo piden.

4.  No llevar un registro de tus compras.

Por mínimas que sean tus compras, debes anotarlas todas. Si dices “luego lo anoto”, no te engañes, no lo vas a anotar nunca, tienes que hacerlo en el momento, además ya hay muchas apps que pueden facilitarte el trabajo, sólo es cosa de meterte y picar unos números. Porque es típico de cada mes preguntar ¿en qué se fue mi sueldo?

5. Crear excusas.

Si estás en tus 20, seguramente dirás que puedes ahorrar para tu retiro después. Luego en tus 30, lo mismo. Y cuando llegue el momento, tu yo le reclamará a tu yo de la juventud ¿por qué no me guardaste aunque sea el 2% de tus sueldo mensual? Estaríamos mejor. Y cuando se trata de pagar deudas, lo mismo, ¿qué tanto es tantito? Pues mucho, no lo dejes al próximo mes, págalo hoy, porque mañana quizá, tendrás otras deudas que pagar.  

Fuente: Terra