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5 pistas para no meter la pata al hacer negocios en el extranjero

Ojo con lo que dices, cuánto dices, cómo lo dices, dónde lo dices...(foto: Thinkstock)

Una dura respuesta en una rutinaria llamada telefónica cambió la trayectoria profesional de Gayle Cotton.

Cuando comenzó a trabajar en la ONU en Ginebra, a principios de los años 90, esta estadounidense contestó una vez una llamada con un amable "Hola, ¿cómo estás?".

Pero para su sorpresa en esa ocasión la respuesta estuvo lejos de ser amable.
"No es de tu incumbencia. De lo que quiero hablar es de lo siguiente…" fue lo que escuchó desde otro lado del aparato.

Cotton, que ahora preside una firma que ofrece coaching a clientes de Estados Unidos y Europa, lo recuerda bien: no fue nada personal, y la persona que llamaba, una mujer suiza, solo quería ir al grano.

A partir de entonces Cotton empezó a contestar al teléfono como sus colegas, usando solo su apellido.

Esta experiencia y otras similares provocaron que esta experta en comunicación, autora del libro ‘Di lo que quieras a quien quieras, en cualquier situación’, diese un giro a su carrera.

En un mundo laboral cada vez más globalizado, una comunicación correcta puede ser la diferencia entre un buen trabajo en equipo o un desastre, y estas son algunas de las claves para lograrla.


1. Países asiáticos: Indirectos y jerárquicos
El respeto y el honor son conceptos predominantes en Asia, algo que resulta evidente al observar los patrones de comunicación en la región.

Allí escuchar es especialmente importante, y muchos hombres de negocios asiáticos esperan una señal que denote final de una frase para dar réplica. 
Algunos incluso esperan que pasen unos segundos de silencio.

El honor y el respeto son predominantes en países asiáticos, como China.
"Te puedes imaginar cómo se sienten los miembros de un equipo global que esperan por un silencio que nunca llega", dice Erin Meyer, profesora en la escuela de negocios INSEAD de Fontainbleau, en Francia, experta en gestión intercultural.

Las personas que se dedican a los negocios en Asia tienden a ser mejores negociadores cuando se los compara con sus colegas occidentales, explica Cotton.

Eso es porque esperan para hablar, y porque sus expresiones faciales y su lenguaje no verbal revelan muy poco a su interlocutor.

Además, no son especialmente directos. La crítica, los comentarios negativos y la palabra "no" casi nunca se utilizan porque se consideran irrespetuosos. "'A lo mejor' es un No", dice Cotton.


2. Países latinos: charla trivial y relaciones personales
En los países latinos, incluyendo a España e Italia, las relaciones personales tienen una gran importancia en los negocios.

Las charlas informales, donde se habla sobre la familia o el fin de semana, suelen ser necesarias.

Las relaciones personales son muy importantes en los países latinos.
Además hay más lugar para las emociones, sean estas de naturaleza no verbal o subjetivas. Es por ejemplo, aceptado empezar una frase con expresiones del estilo "yo creo que", seguidas de resultados o datos, por ejemplo.

En los países latinos se tiene también un gran respeto por la autoridad.
Una trabajadora sueca residente en México le contó a Meyer cómo tuvo que cambiar su actitud cuando se dio cuenta de que la gente se quedaba callada cuando discrepaba en las reuniones de trabajo.

Cuando empezó a expresar estas discrepancias como opiniones, la gente automáticamente la apoyó.

Ahí descubrió que tenía que encarar el diálogo de otra forma.


3. Estados Unidos: resultados directos y hablar claro
La independencia y la iniciativa personal caracterizan las comunicaciones en Estados Unidos, dice Cotton, porque en este país la cultura del trabajo está muy orientada hacia los resultados.

Personas con distintos cargos tienen la autoridad para tomar decisiones, y de ellos se espera una opinión.

En EE.UU. se espera que personas con distintos cargos den su opinión.
"En Estados Unidos no dudaríamos en decir: ‘por supuesto que puedo hacerlo’. 

Hay más ego en ese 'yo puedo' que en otros países", afirma Cotton.

El país también da especial importancia a la claridad.

"Les decimos que se lo vamos a decir, les decimos, y luego les decimos que les dijimos", afirma. "Y esto en otras culturas se interpreta como condescendencia".

Los comentarios sobre el desempeño laboral también se dan de manera distinta: un comentario negativo suele ir mezclado con otros muchos positivos.


4. Reino Unido: crítica suave
Según Meyer, en Reino Unido se usan muchas expresiones para suavizar las críticas.

Recuerda el caso de un trabajador alemán cuyo jefe británico le sugirió que "pensara en una manera diferente" de hacer una tarea. El empleado lo pensó, y decidió dejarlo todo igual.

En Reino Unido, hay que ir más allá de lo evidente para entender la crítica.
"Después se sorprendió cuando el jefe se enojó con él por insubordinación", dice Meyer.

En muchas culturas asiáticas las críticas o las sugerencias no se hacen de manera abierta. En Reino Unido sí que se expresan, pero se hace de una manera indirecta, comparado con los alemanes, los escandinavos o los estadounidenses.

Por ejemplo: si te dicen que "ese es un punto de vista original", o "¿podrías considerar otras opciones?" te están dando una negativa indirectamente, según Meyer.


5. Alemania, Escandinavia y Holanda: Preciso y al grano
Los estilos comunicativos de estos países van unidos a sus idiomas: precisos y directos, dice Cotton.

"No hay nada de relleno", afirma. "Son francos, serios, directos y meticulosos".

Estas culturas tienden también a ser muy objetivas. En las presentaciones de caso siempre quieren datos e investigación que lo apoyen.

La Ley de Jante, formulada por el escritor dano-noruego Aksel Sandemose, sugiere que hay cierto patrón en las actitudes de los escandinavos frente al individualismo.

La Ley, que enfatiza la importancia del colectivo frente al individuo, ofrece 10 reglas de vida, una de las cuales es: "No tienes que pensar que eres especial".

Como resultado, esta región es una de las más igualitarias en el mundo, afirma Meyer.

De hecho, es difícil para alguien de fuera reconocer al jefe en una reunión de trabajo en los países escandinavos: podría ser cualquiera.

Fuente: BBC

Los polos magnéticos de la Tierra pueden invertirse en lo que dura una vida humana

En la actualidad, un fenómeno de este tipo podría causar estragos en las redes eléctricas y aumentar las tasas de cáncer.


Imagine que un día se despierta y descubre que todas las brújulas apuntan hacia el sur en lugar del norte. Parece algo extraño, pero no lo es tanto. El campo magnético de la Tierra se ha movido de un tirón -aunque, por supuesto, no durante una sola noche- muchas veces durante la historia del planeta. Su campo magnético dipolar, como el de un imán de barra, mantiene aproximadamente la misma intensidad durante miles de millones de años, pero por razones desconocidas, de vez en cuando se debilita y cambia de dirección.

Hasta ahora, se creía que ese proceso duraba unos miles de años, pero un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de científicos demuestra que la última inversión magnética registrada hace 786.000 años no tardó tanto en producirse, sino que ocurrió muy rápidamente, en menos de 100 años, más o menos lo que dura una vida humana.

«Es increíble la rapidez con la que vimos la inversión», dice Courtney Sprain, investigadora de la Universidad de California, Berkeley, coautora del estudio que será publicado en la revista International Journal Geophysical y que ya se puede consultar en internet.

Cáncer y redes eléctricas
Nuevas evidencias indican que la intensidad del campo magnético de la Tierra está disminuyendo 10 veces más rápido de lo normal, lo que lleva a algunos geofísicos a predecir un cambio dentro de unos pocos miles de años. A pesar de que una inversión magnética es un importante fenómeno de escala planetaria impulsado por la convección en el núcleo de hierro de la Tierra, los científicos aseguran que no hay catástrofes asociadas con inversiones pasadas que hayan quedado «escritas» en el registro geológico y biológico. Pero el mundo ha cambiado. Hoy, un proceso de este tipo podría causar estragos en nuestras redes eléctricas, generando corrientes que pueden hacerlas caer.

Y puesto que el campo magnético terrestre protege la vida de las partículas energéticas del Sol y los rayos cósmicos, los cuales pueden causar mutaciones genéticas, el debilitamiento o pérdida temporal del campo antes de un cambio permanente podría aumentar las tasas de cáncer. El peligro para la vida sería aún mayor si la inversión fuera precedida por largos períodos de comportamiento magnético inestable.

Sedimentos en Italia
El nuevo hallazgo se basa en el análisis de la alineación del campo magnético en capas de antiguos sedimentos lacustres ahora expuestos en la cuenca Sulmona de los Apeninos al este de Roma, en Italia. Debido a que los sedimentos del lago se depositaron a una velocidad alta y constante durante un período de 10.000 años, el equipo fue capaz de interpolar la fecha de la capa que muestra la inversión magnética, llamada reversión Brunhes-Matuyama, hace aproximadamente 786.000 años. Esta fecha es mucho más precisa que la de estudios anteriores, que colocan la inversión hace entre 770.000 y 795.000 años.

«Lo que es increíble es que se pasa de polaridad inversa a un campo que es normal con prácticamente nada en el medio, lo que significa que tuvo que haber sucedido muy rápidamente, probablemente en menos de 100 años», dice Paul Renne, profesor en Berkeley. Eso sí, «no sabemos si la próxima inversión se producirá tan rápido como lo hizo esta».

El nuevo hallazgo puede ayudar a los investigadores a entender cómo y por qué el campo magnético de la Tierra invierte su polaridad de forma episódica.

Fuente: ABC

¿Cuáles son las bondades de las nueces?

Repletas de proteínas, fibras y grasas esenciales, las nueces son unos de los mejores ingredientes para consumir.


Una porción del tamaño de una bola de golf -unos 30 gramos- de nueces sin sal es un tentempié que da vigor y, a diferencia de la mayoría de las otras opciones, aporta una mezcla de vitaminas y minerales valiosos.

Cada nuez tiene credenciales nutricionales distintas y ofrece varios beneficios para la salud.

Encuentra tu nuez perfecta en este capítulo de nuestra serie sobre los beneficios de ingredientes populares de BBC GoodFood, con la nutricionista Kerry Torrens.


Almendras
En algunas culturas, en las bodas se regalan almendras confitadas con deseos de salud, riqueza, felicidad, fertilidad y vida larga.
En algunas culturas, en las bodas se regalan almendras confitadas con deseos de salud, riqueza, felicidad, fertilidad y vida larga.

Para quienes evitan consumir productos lácteos, las almendras son una buena alternativa pues son ricas en calcio, un mineral que sirve para reforzar los huesos.

Las almendras también tienen un alto contenido de vitamina E, un nutriente que ayuda a mejorar la condición y apariencia de la piel.

Cuando puedas, come almendras enteras con la piel intacta pues es ahí donde están los compuestos llamados flavonoides, que tienen un efecto tónico para el corazón.


Nueces de Brasil
El principal exportador es Bolivia, y es nativa del Amazonas. Los monos capuchinos las abren usando una piedra como yunque.

El principal exportador es Bolivia, y es nativa del Amazonas. Los monos capuchinos las abren usando una piedra como yunque.



Ideal para quienes sufren de hipotiroidismo o baja en la función tiroidea, pues estas nueces son una buena fuente del mineral selenio, que necesitamos para producir la hormona tiroidea activa.

El selenio también apoya al sistema inmunológico y ayuda a curar heridas.
Sólo tres o cuatro nueces de Brasil al día proveen el selenio requerido.


Anacardo, castaña de cajú, marañón o merey
El principal exportador es Bolivia, y es nativa del Amazonas. Los monos capuchinos las abren usando una piedra como yunque.

Es nativa de Venezuela, donde hacen el clásico mazapán -esa maza que viajó del Lejano Oriente hacia el occidente hace siglos- con merey (como le llaman) en vez de almendras.



Los marañones son una opción excelente si uno está siguiendo una dieta vegetariana pues proveen un buen nivel de proteína y son una fuente útil de minerales como hierro y zinc.

Además son ricos en el mineral magnesio, que se piensa ayuda con la memoria y retrasa su pérdida por razones de edad.

Échale un puñado a tus vegetales o úsalos triturados como mantequilla en galletas o pan.


Castañas
Es nativa de Venezuela, donde hacen el clásico mazapán -esa maza que viajó del Lejano Oriente hacia el occidente hace siglos- con merey (como le llaman) en vez de almendras.
Las castañas asadas siempre llegan a tiempo para calentar las manos de los europeos cuando empieza el frío invierno.

Las castañas son de lejos la nuez con menos grasa y calorías.
Además, son ricas en carbohidratos almidonados y fibra y, si se comen crudas, una buena fuente de vitamina C.

Tienen menos proteínas que otras nueces pero proporcionan vitaminas B, incluida la B6.

La harina de castañas molidas puede usarse para hacer pasteles y panes libres de gluten.

Se pueden comprar frescas y tostarlas para comérselas como un delicioso pasabocas.


Avellanas

En la mitología irlandesa, un salmón que se comió 9 avellanas de los 9 árboles que rodean el Pozo de la sabiduría adquirió toda la sabiduría del mundo. Quien se lo come, también será sabio.
En la mitología irlandesa, un salmón que se comió 9 avellanas de los 9 árboles que rodean el Pozo de la sabiduría adquirió toda la sabiduría del mundo. Quien se lo come, también será sabio.


Opta por avellanas si estás preocupado por niveles altos de homocisteína, el aminoácido que ha sido asociado con problemas del corazón así como enfermedades como la de Parkinson.


Las avellanas son una buena fuente de ácido fólico o folacina, que juega un rol crucial en mantener a la homocisteína en niveles normales.


Macadamia
Las macadamias vienen de Australia y en varios países de Latinoamérica se cultivan junto al café.
Las macadamias vienen de Australia y en varios países de Latinoamérica se cultivan junto al café.

Con uno de los contenidos de grasa más altos, las macadamias se usan a menudo para añadirle sabor y textura a los platos tanto dulces como salados.

A pesar de tener tanta grasa, proveen buenos niveles de la saludable variedad monoinsaturada.

Son una fuente rica de fibra y contribuyen con minerales como el magnesio, calcio y potasio.

Compra pocas y guárdalas con cuidado para evitar que se pongan rancias.


Pacana, nuez de la isla o nuez encarcelada
Las pacanas son nativas del sur de EE.UU. y México, y los amerindios las consumían y las comerciaban.

Las pacanas son nativas del sur de EE.UU. y México, y los amerindios las consumían y las comerciaban.

Las pacanas están repletas de fitoesteroles, unos valiosos compuestos que son efectivos para bajar los niveles de colesterol.

Además, son ricas en antioxidantes que previenen la formación de la placa que endurece las arterias.

Tienen un alto contenido de ácido oleico, la grasa saludable que se encuentra en las aceitunas y los aguacates.


Por ser una buena fuente de vitamina B3, son una opción perfecta si uno está luchando contra la fatiga, pues esa vitamina ayuda a acceder a la energía que está en los alimentos.


Pistachos
El pistacho es miembro de la familia del marañón, pero sus orígenes están en Medio Oriente y Asia Central.
El pistacho es miembro de la familia del marañón, pero sus orígenes están en Medio Oriente y Asia Central.

Los pistachos son especialmente ricos en vitamina B6, que es importante para mantener las hormonas balanceadas y saludables, de manera que son recomendables para las mujeres que sufren con sus períodos.

Son además las únicas nueces que contienen niveles razonables de luteína y zeaxatina, dos antioxidantes que juegan un rol importante en la protección de los ojos.

Los pistachos también contienen potasio y fibra: 30 gramos tienen más de tres veces que la misma cantidad de ciruelas, las cuales son recomendadas para aliviar el estreñimiento y problemas digestivos.


Nueces
La cascarilla de la nuez negra se usa para hacer una tinta tan buena que la usaron artistas de la talla de Da Vinci y Rembrandt.
La cascarilla de la nuez negra se usa para hacer una tinta tan buena que la usaron artistas de la talla de Da Vinci y Rembrandt.

Las nueces son útiles en la lucha contra el cáncer gracias a su contenido de antioxidantes.

También son una buena fuente de grasas monosaturadas, convenientes para el corazón.

Hay estudios que muestran que ayudan a reducir el "colesterol malo" o "colesterol LDL".


Finalmente, son ricas en omega-3, así que son una rica alternativa para quienes no comen pescados grasos.


¿Le preocupa el contenido de grasa?

Las nueces tienen alto contenido de grasa pero la mayoría es de la variedad que no es dañina para el corazón.

Las cantidades de grasa saturada, el tipo de grasa que debemos evitar, varía entre las nueces.

Aquí, las agrupamos por color, de manera que las rojas tienen un contenido más alto de grasa saturada; las amarillas, medio y las verdes, bajo.


Trata de comer las amarillas y verdes la mayoría del tiempo y disfruta de las rojas de vez en cuando.


Fuente: BBC

Hace Calor

Hoy, nueve de cada diez científicos reconocen la responsabilidad del hombre en el cambio climático que sufre el planeta. La evidencia empírica de la velocidad en que aumenta el calor, en que se derriten los hielos, acidifican los mares y desaparecen especies, tiene a los expertos del mundo con un solo norte: evitar que de aquí a fin de siglo la temperatura global suba más de dos grados. Más que eso, dicen, sería fatal.


"En menos de dos generaciones humanas el tamaño de las poblaciones de animales vertebrados se ha reducido a la mitad. Éstas son las formas de vida que constituyen el tejido de los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra y son el barómetro indicador de lo que le estamos haciendo a nuestro propio planeta”.
Así de tajantes fueron las palabras del director gerente del Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF en su sigla en inglés, Marco Lambertini, en la introducción del informe Planeta Vivo 2014, dado a conocer a fines de septiembre pasado, en el que el organismo internacional admite que “el asunto es tan grave que puede ser difícil tener una actitud positiva hacia el futuro”.
La evidencia del cambio climático producto del calentamiento global que provoca la emisión de gases de efecto invernadero, ya no es siquiera cuestionable.
“Cada vez aparecen más datos inequívocos de la huella del hombre en la Tierra”, advierte el director del Centro de Cambio Global de la Universidad Católica, Francisco Meza, quien admite que hoy nueve de cada diez científicos reconocen el problema.
“La discusión que se dio hace algunos años acerca de si existe o no cambio climático producto de la mano del hombre, prácticamente se acabó”, agrega.
Los datos están sobre la mesa. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señala que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero han aumentado más rápidamente entre el 2000 y el 2010, que en cada uno de los tres decenios anteriores.

Dos grados y nada más

Los gases de efecto invernadero quedan retenidos en la atmósfera y no dejan fluir la energía infrarroja que la Tierra devuelve al espacio, provocando con ello un mayor calentamiento global. Por eso, el afán de las Naciones Unidas de lograr un acuerdo que evite que de aquí a fin de siglo la temperatura global del planeta no se eleve en más de dos grados Celsius. Porque, a juzgar por los efectos que ha arrojado el avance de las temperaturas, un calentamiento mayor a eso generaría cambios insospechados.
El experto chileno, miembro del grupo especial de gases efecto invernadero del IPCC, Sergio González, advierte que “de acuerdo a la trayectoria que están llevando las emisiones de gases podríamos llegar a fin de siglo con cuatro grados Celsius más de temperatura y eso puede significar una transformación total de los sistemas climáticos del mundo”. No sólo desaparecerían los hielos del Polo Norte y los glaciares, sino que “la situación sería absolutamente distinta a la que conocemos hoy”, sentencia.
Por eso es que avala el acuerdo de evitar un alza de la temperatura que supere los dos grados, pues hasta ahí los cambios que puede provocar la mayor temperatura sobre la Tierra “parecen contenibles con una buena adaptación”.
Aquí viene el problema. Según el IPCC, “limitar el aumento de la temperatura media global a dos grados Celsius, con un grado de probable, implica rebajar las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero con respecto a las de 2010 entre un 40% y un 70% para mediados de siglo y hacerlas casi desaparecer hacia el 2100”.
El reto no es menor y el mensaje lapidario: “Sólo un cambio institucional y tecnológico importante haría que hubiera más de un 50% de probabilidades de que el calentamiento global no supere el umbral de los dos grados”, sentencia el informe 2014 del IPCC.
Desde la era preindustrial hasta ahora, la temperatura de la Tierra se ha elevado en 0,85 grados. Y, según el organismo de las Naciones Unidas, el nivel de los océanos ha subido entre 10 y 20 centímetros por el derretimiento de los hielos y la dilatación térmica del agua por el calor. Claro que de aquí al 2100 las cosas pueden empeorar, hasta registrar subidas de mar de entre 20 y 60 centímetros.
Otros datos del IPCC dicen que “los riesgos” de derretimiento de hielos y largos períodos de sequías pasan de moderados a elevados, con un aumento global de 1,5 grados Celsius y crece “desproporcionadamente” cuando se piensa en temperaturas que superen 1,6 y 2,6 grados Celsius a las actuales (ver recuadro).

Mirando a París

Para cumplir ese compromiso hay que reducir emisiones con bastante más celeridad de la que se ha visto hasta ahora. El Protocolo de Kioto que data de 1997 y que hoy se encuentra en una segunda etapa de cumplimiento, no dio abasto y hoy poco pesa en el concierto mundial, pues en esos compromisos de reducción no participan los responsables de más del 50% de las emisiones: Estados Unidos, China e India están fuera.
Y al dar a conocer el Quinto Informe de Evaluación del IPCC sobre cambio climático, uno de sus tres copresidentes, el alemán, Ottmar Edenhofer, sentenció que “la ciencia nos transmite un mensaje claro: para evitar interferencias peligrosas en el sistema climático, no podemos seguir con el statu quo”.
Por eso la esperanza ahora está puesta en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se realizará el próximo año en París, COP París 2015. Eso, porque el último acuerdo multilateral plantea que cada país debe presentar un manifiesto de compromiso de reducciones, con efecto vinculante.
“Hay un gran poder emisor que no tiene ningún compromiso de reducción, por lo tanto, desde ese punto de vista el compromiso que se logre en París es muy importante”, ratifica el experto Sergio González.


Para materializar las propuestas, en diciembre se realizará una antesala de París, en Lima, COP Lima. “La idea es que en Perú acordemos una metodología que permita homologar las propuestas que deben entregarse durante el primer semestre del 2015 para dar forma al acuerdo de París”, explica el jefe de la oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, Fernando Farías.
La administración Bachelet está trabajando en esa propuesta y consta de varios ejes: reducir en un 20% las emisiones proyectadas al 2020 es una de ellos. La meta es que al 2025, el 45% de la capacidad de generación eléctrica provenga de energías renovables no convencionales, entre otros aspectos (ver recuadro).
Lo que plantea el último informe del IPCC y estará sobre la mesa en Lima y París, es que “la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero exigen reducir las emisiones en la producción y utilización de energía, transporte, edificación, la industria, el uso de la tierra y los asentamientos humanos”.
Francisco Meza advierte que siempre hay dudas respecto de “la gobernanza que se pueda lograr con este acuerdo, pues los intereses económicos que existen son muy altos”.
“El riesgo es que los compromisos lleguen hasta donde no se produzcan severas interferencias con el sistema económico y eso quizá no alcance para contener el cambio del delta dos grados Celsius que necesita el planeta”, advierte Sergio González.
Peor aún, los expertos advierten que la persistencia de los gases de efecto invernadero en la atmósfera es de largo plazo, es decir, lo que estamos emitiendo hoy seguirá teniendo consecuencias por lo menos hasta en 100 años más, por lo que “no obstante detuviéramos la totalidad de las emisiones, igual vamos a seguir sintiendo la interferencia en el sistema climático”, explica González.
¿Conclusión? Los pecados que hemos cometido hasta ahora los vamos a pagar sí o sí a futuro. Ahora sólo cabe trabajar para que las temperaturas no sigan subiendo más allá de lo humanamente manejable. 
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Compromiso Nacional

A fines de septiembre, en el marco de la Cumbre Climática de Naciones Unidas, la Presidenta Michelle Bachelet reconoció que Chile es un país vulnerable al cambio climático y se comprometió como país a encarar el problema.
“El cambio climático es un factor de profundización de desigualdades y un multiplicador de amenazas, y es nuestra obligación encarar dicho problema antes de que sus consecuencias sean irreversibles”, fueron las palabras de Bachelet ante el presidente de la ONU, Ban Ki-Moon, en Nueva York.
En ese contexto es que el jefe de la oficina de cambio climático del Ministerio del Medio Ambiente, Fernando Farías, anticipa que en las próximas semanas se dará a conocer un nuevo inventario de los gases de efecto invernadero que se emiten en Chile, lo que ayudará a la elaboración de los compromisos que adoptará el país en la reunión de París 2015. El 17 de diciembre, por lo demás, comenzará la consulta ciudadana acerca del manifiesto que pretende adoptar y cumplir el Gobierno hacia 2020.
En este marco, explica Farías, es que se desarrolla también la Agenda de Energía que pretende avanzar hacia una matriz más limpia, pues gran parte de las emisiones locales –en un 85% según estimaciones de expertos– provienen de la quema de combustibles fósiles.
El jefe de la oficina de cambio climático precisa que, entre las medidas para aportar a la disminución de gases de efecto invernadero, se reformó el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad agregándole competencias en este ámbito e incorporando al ministro de Relaciones Exteriores al grupo, como una manera de hacerse parte de las negociaciones internacionales al respecto.
El Ministerio del Medio Ambiente también está trabajando en el ámbito de la adaptación. Un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), advierte que la región sufrirá daños por unos 100 mil millones de dólares anuales de aquí al 2050 producto del cambio climático.
Por eso es que, aunque Fernando Farías reconoce que la responsabilidad de Chile en los gases de efecto invernadero no supera el 0,2% a nivel global, es importante cumplir y estar a la vanguardia de la mitigación, pues el país requiere de fondos internacionales para ayudar a la adaptación al cambio climático cuyos efectos se sentirán cada vez con mayor fuerza en el país, sentencia.

Evidencia instrumental

Los expertos coinciden en que el último informe del IPCC, dado a conocer este año y del que se espera el informe final para fines de octubre, contiene tal evidencia que ha sido clave para zanjar el debate respecto de la responsabilidad de la mano del hombre en el cambio climático.
Eso porque ya no se trata de supuestos, como en los primeros informes, sino que de mediciones instrumentales que señalan, por ejemplo, que “en los últimos 150 años las temperaturas de la superficie se han elevado en todo el orbe, con importantes variaciones regionales”.
“Nadie desconoce que existen procesos de cambios climáticos naturales, pero resulta que las tasas de cambio se habían dado en miles y millones de años. Se dice que cuando se extinguieron los dinosaurios el planeta era varios grados más caliente, pero la extinción fue hace 60 millones. Si a todos nos cuesta tener millones de pesos en la cuenta corriente, el concepto de millones de años resulta mucho más difícil de imaginar. Las tasas de cambio hoy son mucho más rápidas a diferencia de los 0,00000005 de tasa de cambio antes del homo sapiens”, advierte Sergio González del IPCC.
El estudio del organismo internacional establece que durante el siglo pasado el calentamiento se produjo en dos fases, de 1910 a 1940, cuando la temperatura se elevó en 0,35 grados Celsius y más fuertemente desde el decenio de 1970 hasta el presente, incrementándose en 0,55 grados Celsius.
“Ha tenido lugar una tasa creciente de calentamiento en los últimos 25 años y once de los doce años más calientes registrados, han ocurrido en los últimos doce”, agrega  el informe, y admite que “la confirmación proviene del calentamiento de los océanos, los incrementos del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares, el desplazamiento del hielo marino en el Ártico y la disminución de capa de nieve en el hemisferio norte”.

Datos concretos del último informe del IPCC

  • Aumentan las olas de calor y cambian los patrones de precipitaciones.
  • Especies animales y vegetales se desplazan.
  • Cambian las propiedades físicas y químicas de los océanos.
  • Arrecifes de coral se blanquean y mueren.
  • Muchos peces, invertebrados y fitoplancton se trasladan a aguas más profundas y más frías.
  • Los mayores cambios ocurren en el Ártico, en los bosques boreales y en muchos ecosistemas de agua dulce. El permafrost continúa calentándose y deshelándose.
  • Los impactos climáticos asociados a los ciclos hidrológicos y a la disponibilidad de recursos de agua dulce, se han observado en todos los continentes y en numerosas islas.

Fuente: Capital