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¿Quiere saber quién visitó su perfil de Twitter?


Si va a leer esta columna por la promesa de su título, déjeme decirle que usted es una presa fácil de los delincuentes de internet. Su curiosidad, que es algo inherente a nuestra condición humana, es su peor enemigo. Podría decirse que es el ‘fallo de seguridad’ más antiguo del mundo, igualito a esos que usted tanto le critica a Windows, con la diferencia que no tiene arreglo en minutos u horas, como lo logran los de Redmond.

Solo con una férrea convicción de que todo aquello que suene curioso, divertido y muy atrayente con seguridad es una trampa, es que se puede sobrevivir a caer en las garras de los malos.

Me sorprende ver cómo en estos días Twitter está plagado de ingenuos que cayeron en la viejísima trampa de ‘Entérate quién visita tu perfil’, una modalidad que invita a dar clic en un enlace, que lleva a una página que exige (cómo no) el usuario y la contraseña de dicha red social para mostrarles a los ‘visitantes’ del perfil del ingenuo.

Verá a aquellos contactos con los que usted más se ‘habla’ y algunos de sus seguidores, algo sencillo y evidente, que lograron saber al obtener sus datos de acceso.

Acto seguido, el 'malware' publica por usted el mismo mensaje para que más incautos caigan. Ya tienen sus datos. Controlan su cuenta y la usarán para seguir a otras cuentas que pagan por spam y publicidad, en el mejor de los casos. Ahora veo otra 'iniciativa', un nuevo engaño que esta vez promete mostrar las conversaciones de Whatsapp de otras personas. Claro, los incautos que caerán tendrán que entregar sus datos de usuario y contraseña de quien sabe qué perfiles suyos antes de obtener su 'botín', su 'regalazo', el placer oculto de saber qué dicen otras personas en sus conversaciones privadas.

¿Así de fácil caemos? Sí, así de fáciles somos cuando se trata de satisfacer la curiosidad, de surtir las ganas de chismear, de saber algo que, a la larga, no sirve de nada.

Posdata: hoy arrancó la norma que elimina las cláusulas de permanencia. Como colombianos tenemos el deber de ser consecuentes con el objetivo del Gobierno y la industria de hacernos más libres y tener mejores ofertas en movilidad.
Por ello, debemos hacer dos compromisos: denunciemos y rechacemos la compraventa de celulares robados. Detrás de cada aparato hay un muerto que mañana puede ser usted o alguien de su familia. Y no compremos celulares ‘chimbos’, de esos de marcas raras, de oriente, sin soporte, que imitan a otros. Su uso va en nuestra contra, porque contaminan y congestionan las redes. El mercado hará un inmenso esfuerzo por nosotros. Compremos y aprovechemos las ofertas, en sitios de venta legales, en tiendas de operadores y almacenes de cadena.

Fuente: ET

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