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Errores que cometes en una entrevista de trabajo (y cómo solucionarlos)


Todos hemos tenido ese momento, justo después de una entrevista de trabajo, en la que recordamos lo mal que contestamos a una pregunta, o peor aún, cuando se te olvidó mencionar la experiencia de trabajo que habría impresionado a cualquiera.
La próxima vez que esto suceda, no sólo asumas que el error ya se cometió. Suena contra intuitivo, pero salir de al paso para arreglar ese problema anterior te hace lucir mejor, y más fácil de recordar que tu competencia. Normalmente, se envía al entrevistador un correo electrónico para agradecerle en el plazo de 24 horas, máximo. Utiliza ese email para suavizar los errores que cometiste en la entrevista.
Cuando se utiliza la carta de agradecimiento como una oportunidad para profundizar, corregir o aclarar un punto que hiciste mal (o no hiciste), tomas una segunda oportunidad de brillar. Esto demuestra al empleador que eres consciente de ti mismo, atento, humilde, dispuesto a admitir tus defectos y capaz de autocorregirse. También le  da al entrevistador la sensación de estás ansioso por conseguir el trabajo.
Recuerda que los entrevistadores son seres humanos. Ellos saben que los entrevistados se ponen nerviosos, y aprecian a alguien que tiene las agallas para ser honesto y hacer el esfuerzo extra. Aquí hay tres errores clásicos y las formas de repararlos.
1.- No fuiste demasiado “apasionado” al hablar sobre lo que te apasiona
El entrevistador te preguntó qué es lo más gratificante de tu carrera. Has respondido que te gusta trabajar con la gente y que te gusta ver la sonrisa de un cliente. Esa es la idea correcta, pero tu respuesta fue muy poco deslumbrante y, francamente, aburrida.
Solución: En el correo electrónico de agradecimiento, podrías decir algo como esto: “Después de nuestra entrevista, me di cuenta de que yo no retraté adecuadamente mi pasión por el trabajo cuando me preguntó”. A continuación, da un ejemplo específico de cómo realmente te sientes con tu profesión.
2.- No sabes qué es apropiado decir y qué no
En lugar de no decir lo suficiente, ofreces voluntariamente información que habría sido mejor no mencionar. Ahora te gustaría haber sido más perspicaz. Cuando el entrevistador te preguntó por qué no habías progresado más rápidamente en tu antigua empresa, empezaste a hablar de la política de tu lugar de trabajo, de los compañeros, o alguna otra información innecesaria que te hizo sonar como un chismoso.
Solución: En el correo electrónico, dígale al entrevistador que al pensar en esa pregunta después de la entrevista, que te gustaría la oportunidad de dar una respuesta más elocuente. Nombra algunos ejemplos específicos de valiosas habilidades y conocimientos adquiridos sobre la base de la retroalimentación constructiva que recibiste en tu último empleo.
3.- Te pillaron con la guardia baja
Pongámonos en el caso de que tu entrevistador te diga que la sede donde podrías trabajar queda a una hora de tu hogar. Tu reacción instintiva te dijeron sobre esto fue “Oh, eso es mucho” Aunque fue honesto, deja una mala impresión, pensando en que hace un rato dijiste que de verdad querías este trabajo.
Solución: Envía un correo electrónico después y decirle al entrevistador que te encanta viajar y tener la capacidad de hacerlo. Vende tu gusto. Si consideras que el viaje es demasiado, no estás en la obligación de aceptar el trabajo. O puedes tratar de negociar la cantidad de viajes que debes hacer. Pero no dejes que un resbalón simple te impida permanecer en carrera.
Fuente: Trabajemos

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