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PRESIDENTE DEL WIEF Musa Hitam: «Europa tiene que aceptar que está en crisis y que gasta más de lo que se puede permitir»

El máximo responsable del foro económico sobre el mundo islámico (WIEF) considera que los europeos están tan acostumbrados a la prosperidad que no pueden rebajar su nivel de vida.



En su despacho del lujoso complejo Madinat Jumeirah de Dubai, Tun Musa Hitam apura los últimos minutos previos a la entrevista tomando un café y repasando la prensa. Es el último día del WIEF (Foro Económico sobre el Mundo Islámico), un organismo que en su décima edición ha reunido en la joya de los Emiratos a 2.900 personas de más de cien países. El exprimer ministro de Malasia (1981 - 1986) no disimula el orgullo que le produce la gran respuesta y la proyección internacional que poco a poco está acogiendo este congreso que reúne a jefes de Estado, expertos económicos y agentes interesados en compartir experiencias y conocimientos sobre economía islámica y que él preside desde hace cuatro años. «Aquí caben todos, desde las grandes potencias hasta los países más pequeños. Cada uno tiene su silla para negociar y llegar a acuerdos», explica.
Sus colaboradores le interrumpen brevemente para repasar la agenda de la última jornada, que de nuevo viene muy cargada. Después de dejar Dubai, toca comenzar a preparar los nuevos proyectos, incluyendo la visita a Córdoba el próximo mes de marzo para celebrar una mesa redonda con empresarios y autoridades locales. «Es un enamorado de España, en cuanto puede se escapa a Marbella para descansar», señala uno de sus asesores. ABC se reúne con él poco antes de la ceremonia de clausura para hablar sin ambigüedades sobre el auge del mercado islámico, sus oportunidades y sobre la crisis de la Eurozona. «Los gobiernos de los países europeos deben convencer a la gente de que tienen que vivir dentro de sus posibilidades», asegura un hombre que no se considera ni capitalista ni comunista, sino «estomaquista».
- El petróleo ha sido, sin duda, una de las grandes fortalezas de su economía. Tanto es así, que cuando la gente habla de ustedes, todo parece centrarse en eso . ¿Es este congreso una oportunidad para mostrar las otras fortalezas de su sistema?
- Tienes razón, la gente por desconocimiento tiende a pensar sólo en ello. Y es una pena, porque el petróleo se concentra básicamente en algunos países árabes del Medio Oriente. ¿Qué ocurre entonces en las otras regiones? Afortunadamente, nosotros podemos también hablar de nuestras grandes finanzas, de nuestro eficiente sistema bancario y de la producción de comida halal. Son cosas que la gente poco a poco va conociendo, y eso es algo que nos interesa mucho desde el punto de vista de los beneficios y el comercio internacional. Los países no musulmanes se han dado cuenta de las oportunidades de negocio que también generan estos sectores. Aunque se llame islámico, es algo a lo que cualquiera puede sacar beneficio sea cual sea su religión. Por ejemplo, para trabajar con una banca islámica no hace falta ser musulmán. Esto es el punto fuerte de nuestra economía y cabe perfectamente dentro de una necesidad global.
- ¿Han buscado las empresas y las grandes fortunas cierto tipo de refugio en la banca islámica?
- Bueno, todo el mundo sabe que hace veinte años hubo muchos escándalos dentro de la banca mundial. Por ejemplo, en España. Así que la gente que depende de las bancas y la finanzas buscó algo distinto y descubrió nuestro sistema, que podía utilizar sin ser musulmán.
- Pero no me negará que hay mucho desconocimiento e incluso diría miedo a todo lo que está englobado bajo el término «islámico»
- Sobre este aspecto, tengo que ser franco. Sí, es verdad, parece que el terrorismo y todo lo malo que pasa en este mundo está causado por el islam. Pero nosotros no queremos estar involucrados en esto. En nuestros congresos no se habla ni de política ni de religión, no nos interesa. No es que estemos en contra de hablar sobre estos temas, pero si alguien quiere hacerlo debe dirigirse a otros foros. Esto es un congreso sobre negocios.
- ¿En el WIEF nadie habla de religión o política?
- Rotundamente no. Mire, en un discurso previo a este congreso yo dije: «La mejor forma para superar problemas y confusiones en un país es hacer negocios, trabajar mucho, aceptar la competencia y a la vez colaborar». Y es por eso por lo que, por ejemplo, hemos reunido este año a 2.900 personas de negocios aquí en Dubai. Cuando ellos vienen al WIEF saben que este organismo no va a estar involucrado en religión o política. Sólo buscamos hacer negocios. Hay varias maneras de luchar contra el terrorismo islámico: se puede contraatacar o se puede usar la diplomacia. Pero eso es hacer política y yo no quiero. Yo prefiero ocuparme del estómago de las personas. Si usted me pregunta, le diré que soy «estomaquista».
- ¿Perdón? ¿«Estomaquista»?
- Sí, ni capitalista ni comunista. «Estomaquista».
- ¿Pero a qué se refiere con ese término?
- Es una simple interpretación: todo se reduce al estómago. Si tu estómago tiene hambre y no puedes comer, te llaman pobre. Y otros tienen el estómago hinchado y les duele la barriga porque sí pueden alimentarse. Y si eres de los primeros, obviamente buscas sobrevivir. Y puedes llenar tu estómago o bien recurriendo a conductas ilegales o bien trabajando duro, formándote, compitiendo y buscando a gente que pueda trabajar contigo. No es una teoría académica sofisticada ni algo novedoso, pero creo que se puede entender fácilmente.
- Pero hay países pequeños, algunos islámicos, a los que les cuesta llenar los estómagos de sus gentes.
- Sí, pero nosotros también les tenemos muy en cuenta. Por ejemplo, hemos invitado este año a nuestro congreso al presidente de Bangladesh y al primer ministro de Timor Oriental porque aquí sus países consiguen intercambiar puntos de vista y llevar a cabo acuerdos comerciales. Yo diría que lo que en el WIEF se consigue, principalmente, es facilitar contactos. Son países pobres y pequeños, pero están aquí y tienen la posibilidad de darse a conocer. Estoy muy feliz cuando los veo aquí hablando de negocios. Yo no voy a criticar lo que hacen otras organizaciones que invitan a grandes personalidades sólo para que vosotros los periodistas redactéis potentes titulares. Yo quiero que los países pequeños se den a conocer y estén representados en foros como el nuestro.
- Si usted habla de grandes titulares, sabe de sobra que en Europa llevamos seis años hablando prácticamente solo de la crisis económica. Es un tema que nos preocupa mucho. ¿Quizá demasiado?
- Mire, le voy a ser muy sincero sobre este tema. Cuando alguien en un momento dado tiene un enorme éxito, tiende a relajarse y a creer que la prosperidad llega por sí sola. Uno espera tener el mejor salario, una vida de lujo y las mejores comodidades casi sin esfuerzo. ¿Cómo se puede sostener todo ese éxito si no se trabaja? Tiene que haber un equilibro. Si tienes tanta libertad como para no tener que trabajar y querer ganar más dinero, esto no funciona. Es imposible estar sentado en la playa y esperar a que te caiga el dinero. A la gente española le encanta el sol y la playa. Y me parece muy bien, pero yo voy allí cuando tengo dinero y me lo puedo gastar. Esto que digo es muy molesto para los europeos, pero es verdad. Tienes que trabajar, no hay nada gratis en este mundo. Si todo el mundo lo hiciera, las cosas irían mejor y Europa tiene que aceptar que está en crisis y que está gastando mucho más dinero del que se puede permitir. Es así de sencillo.
- ¿Piensa lo mismo sobre España?
- España se está enfrentando al mismo problema que muchos otros países. Habéis tenido en Europa una larga época de prosperidad y, estáis tan acostumbrados a ella, que no podéis aceptar un nivel de vida más bajo. Creo que vuestro sistema está empezando a autocorregirse, al menos al nivel más alto del sector financiero y bancario. Pero el poder está en la gente. Si las personas colaboran, los gobiernos sí podrían convencerles de que deben vivir dentro de sus posibilidades. A nosotros, ahora no nos va mal. Anteriormente, una crisis en Europa nos habría afectado mucho, pero ahora diría que, debido a nuestro potencial y al trabajo duro de la gente que vive aquí, incluso podemos hacer negocio sólo entre nosotros. Y el mercado es enorme. Puedes también negociar con China, la India, algunos países africanos… Aunque no te engaño si te aseguro que queremos ver una Europa fuerte.
- En marzo, su foro va a celebrar un encuentro en Córdoba para intentar potenciar el valor de España en el mundo islámico. ¿Cuáles son nuestras oportunidades en este mercado?
- A Córdoba irán unas doscientas personas a sentarse en una mesa y a hablar de negocios. Yo no sé qué nos espera allí, pero nos habéis invitado a ir y hemos aceptado. Todo el mundo sabe que hay un enorme mercado islámico y que cada vez es más fuerte. No quiero entrar en cuestiones políticas pero el alcalde de esa ciudad ha sido muy listo, ha sabido ver la oportunidad, y… insha'Allah («ojalá»).

Fuente: ABC

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