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La recuperación de Estados Unidos marca el fin de la “guerra de las divisas”

Un reciente reporte de HSBC proyecta que la moneda estadounidense se mantendrá en 2015 como la más sólida a nivel mundial y no descarta un alza de otro 20%.


Cuando los ministros de Hacienda de las grandes economías emergentes acudan esta semana a su cita con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Washington, podrán proclamarse como los vencedores de una batalla internacional de alto vuelo.

En septiembre de 2010, el jefe de las finanzas públicas de Brasil, Guido Mantega, causó revuelo mundial al acusar a las grandes potencias de lanzar una "guerra de divisas", aplicando políticas para devaluar sus monedas y aumentar la competitividad de sus productores en los mercados globales y locales.

Con los bancos centrales de Estados Unidos, Europa, Reino Unidos y Japón llevando sus tasas de interés a mínimos históricos, los capitales internacionales salieron en masa de estas regiones en busca de destinos donde los retornos fueran más altos, poniendo así presión al alza sobre los tipos de cambio de las naciones emergentes. Pero hoy, el panorama ha cambiado radicalmente, con las monedas de los países en desarrollo recuperando competitividad frente al dólar. La divisa estadounidense se ha apreciado 7% respecto de una canasta de las principales monedas mundiales desde julio, según el índice Dollar Spot de Bloomberg, y se encuentra hoy en su nivel más fuerte de los últimos cuatro años.

Sólo el comienzo
El índice acumula ya siete semanas de avances. Y con la mayor economía del planeta dando continuas señales de recuperación, es probable que la tendencia siga profundizándose. El Departamento del Trabajo informó el viernes que el desempleo retrocedió sorpresivamente en septiembre a 5,9%, su nivel más bajo desde julio de 2008, frente al 6,1% del mes anterior. Tras la noticia, el billete estadounidense subió a su mayor nivel frente al euro desde agosto de 2012 y contra la libra repuntó a su máximo en casi un año. "El tono de todo el reporte fue muy positivo. Francamente me extraña que el dólar no haya subido más", comentó a Bloomberg el jefe de estrategia cambiaria de Bank of Montreal, Greg Anderson. La sólida cifra fortalece el argumento para que la Reserva Federal inicie pronto la normalización de su política monetaria y comience a subir las tasas de interés, lo que atraerá de regreso un mayor flujo de dólares a su economía. De hecho, el banco central de EEUU pondría fin este mes a su millonario programa de compra de activos, en la reunión del 29 de octubre.

Mientras tanto, se espera que las tasas de interés se mantengan aún en mínimos históricos por mucho tiempo más en Europa y en Japón, mientras que en países emergentes como Chile y Perú, han sido recortadas con fuerza para inyectar estímulo a la economía y contrarrestar de esta manera el efecto negativo de la desaceleración de China y la caída en los precios de los commodities. Un reciente reporte de HSBC señala que la principal moneda de reserva del mundo se mantendrá el próximo año como la más sólida a nivel global, y no descarta incluso que pueda escalar otro 20%.

Inflación importada
Para las economías europeas que aún tambalean al borde de la recesión y para varias economías emergentes que han perdido el dinamismo de los últimos años, estas son buenas noticias, porque ayudarán a fortalecer a sus sectores exportadores. Para el grupo de países que comparte el euro, la tendencia también ayudará a combatir la persistente caída en los precios, que amenaza con convertirse en una crisis de deflación como la que ha arrastrado a Japón desde hace más de una década. El alza del dólar podría ser incluso más relevante en este sentido que los esfuerzos del Banco Central Europeo por fortalecer la moneda común. Aunque la autoridad monetaria del bloque hizo un nuevo intento por apuntalar su divisa la semana pasada al anunciar el comienzo del programa de compra de bonos, los mercados reaccionaron con decepción ante la falta de una cifra específica para las adquisiciones.

De las 34 principales economías que monitorea HSBC, sólo ocho registran actualmente niveles de inflación por sobre la meta de sus bancos centrales, y su expectativa es que el número caiga a tres para 2015.

Un alza sostenida del dólar "podría no ser suficiente para llevar a la inflación de regreso hacia la meta en esos países que están luchando contra la amenaza de la deflación, pero sí les podría ayudar a ganar tiempo y evitar que las expectativas de inflación queden permanentemente desancladas de la meta", señalaba el reporte enviado por HSBC a sus clientes. Sin embargo, no todos en Estados Unidos están tranquilos con el alza de la moneda.

¿Qué dirá la Fed?
Aunque históricamente Washington ha dicho que favorece una moneda fuerte, es sabido que mira con buenos ojos un tipo de cambio más competitivo, y la inflación también se mantiene porfiadamente baja en la potencia norteamericana. El Índice de Precios al Consumidor retrocedió 0,2% en agosto, su primer declive desde abril de 2013.

"Vamos a tener que tomar eso en cuenta, la manera en que afecta a la economía en términos de exportaciones netas y crecimiento del PIB y en lo que significa para nuestro desarrollo inflacionario", advirtió a fines de septiembre el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans. Esto podría alentar a la Fed a demorar más la normalización monetaria, pero la amenaza de un escenario de deflación aún es bajo. Según HSBC, haría falta un incremento adicional de la moneda de 20% para reducir su pronóstico de inflación de 2% a la mitad.

Fuente: DF