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Malos hábitos que arruinan tus finanzas

A los malos hábitos siempre hay que despedirlos, y más si te meten en problemas financieros, o sea, te llevan a la quiebra.


Las malas costumbres financieras que la mayoría de las personas quieren evitar son: compras por capricho, ir a ofertas innecesarias y pedir prestado a amigos, familiares o instituciones bancarias. Sin embargo, hay algunas que no es tan fácil distinguir. Muchas decisiones pronto pueden volverse un hábito, aquí hay cinco donde debes poner mucho cuidado.

1. Hacer muchas compras pequeñas.

¿Cuánto, veinte pesos? Seguro lo pagas, pero de veinte en veinte, diez, en diez, o hasta cinco en cinco pronto llegas a la mitad de tu sueldo. Por ejemplo, si todos los días gastas $40 pesos en un café, a la semana son $200 y al mes $800, que bien podrías ahorrarte si prepararas el café en tu casa y lo llevaras en un termo a donde vayas. Y eso aplica a muchos otros antojos, en apariencia, pequeños.

2. Usar para todo la tarjeta de crédito.

Las tarjetas siempre han sido engañosas, y más cuando ofrecen el doble de puntos si compras tal día o si comes en equis lugar. También funcionan para no perder dinero en caso de robo o extravío. A pesar de esto, puede volverse un pésimo hábito pagar todo con plástico porque puedes olvidar cuánto has gastado, o meterte en mil deudas a meses sin intereses. Y si al final del mes no te alcanza para pagar completo, te vas a envolver en un interminable pago de intereses. Cuidado con eso.

3. Ser muy generoso.

La generosidad es un valor, sin embargo, debes ser generoso a medida de tus posibilidades, si no, tu cartera será la principal afectada. Un ejemplo básico es la propina, ¿cuántas veces has recibido un mal servicio y aún así dejas el 10 o el 15% al mesero? Ahí estás perdiendo tu dinero, porque pagar por un mal servicio es siempre una mala inversión. De igual forma, en todos lados bombardean las empresas con donaciones, vas al súper, a la farmacia, o hasta en el cajero y te ofrecen donar, no, no puedes hacerlo cada vez que te lo piden.

4.  No llevar un registro de tus compras.

Por mínimas que sean tus compras, debes anotarlas todas. Si dices “luego lo anoto”, no te engañes, no lo vas a anotar nunca, tienes que hacerlo en el momento, además ya hay muchas apps que pueden facilitarte el trabajo, sólo es cosa de meterte y picar unos números. Porque es típico de cada mes preguntar ¿en qué se fue mi sueldo?

5. Crear excusas.

Si estás en tus 20, seguramente dirás que puedes ahorrar para tu retiro después. Luego en tus 30, lo mismo. Y cuando llegue el momento, tu yo le reclamará a tu yo de la juventud ¿por qué no me guardaste aunque sea el 2% de tus sueldo mensual? Estaríamos mejor. Y cuando se trata de pagar deudas, lo mismo, ¿qué tanto es tantito? Pues mucho, no lo dejes al próximo mes, págalo hoy, porque mañana quizá, tendrás otras deudas que pagar.  

Fuente: Terra

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